¿Cómo diagnostican los dermatólogos la rosácea?
Si su dermatólogo sospecha que tiene rosácea, no necesitará pruebas médicas. Ninguna prueba médica puede determinar si tiene rosácea.
Para diagnosticar la rosácea, su dermatólogo examinará su piel y sus ojos. Su dermatólogo también le hará preguntas.
Antes de darle un diagnóstico, su dermatólogo querrá asegurarse de que no tiene otra enfermedad. A veces, otra afección médica puede parecerse mucho a la rosácea. Su dermatólogo querrá descartar estas afecciones. Las pruebas médicas pueden ayudar a descartar afecciones, como el lupus y una reacción cutánea alérgica.
Si tiene rosácea, su dermatólogo puede hablar con usted sobre las opciones de tratamiento. Aunque el tratamiento no puede curar la rosácea, puede ayudar:
Reducir (o eliminar) los signos de la rosácea en su piel
Aliviar las molestias
Evitar que la rosácea empeore
¿Cómo tratan los dermatólogos la rosácea?
Para obtener los mejores resultados, el tratamiento suele comenzar con un poco de educación. Aunque los medicamentos o el tratamiento con láser pueden ayudar a reducir o eliminar los signos de la rosácea, sus hábitos cotidianos pueden provocar un nuevo brote.
Aprender a hacer lo siguiente puede ayudar a reducir los brotes:
Encuentre sus desencadenantes. Muchas cosas que usted hace pueden provocar un brote de rosácea. Los dermatólogos llaman a estos factores desencadenantes «triggers».
Los desencadenantes más comunes de la rosácea son el sobrecalentamiento, el viento frío que sopla en la cara y el consumo de alimentos picantes. Estos factores pueden provocar, o no, un brote de rosácea. Cada persona tiene sus propios desencadenantes.
Es importante averiguar qué es lo que provoca los brotes de rosácea y evitarlos.
Puede obtener más información sobre los desencadenantes y cómo encontrarlos en Los desencadenantes podrían estar causando sus brotes de rosácea.
Piense en la protección solar las 24 horas del día. Las personas con rosácea suelen tener la piel muy sensible al sol. Para proteger su piel del sol, deberá:
Aplicar un protector solar de amplio espectro con un FPS 30 (o superior) todos los días antes de salir al exterior
Evitar el sol del mediodía
Busque la sombra cuando esté al aire libre
Ponte un sombrero de ala ancha cuando salgas a la calle para protegerte la cara y el cuello del sol
Utilice ropa de protección solar y gafas de sol