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El cáncer de piel divide en dos grandes grupos que son: cáncer de piel tipo melanoma y tipo no melanoma. Este último grupo tiene como grandes representantes al carcinoma basocelular y carcinoma epidermoide.
El cáncer de piel generalmente se localiza en las zonas expuestas al sol como la cara, orejas, cuello, piel cabelluda, pecho, brazos, manos y en las piernas en el caso de las mujeres. No obstante, también puede localizarse en áreas que no tienen exposición como las plantas de los pies, uñas y genitales.
El carcinoma basocelular se presenta frecuentemente en áreas expuestas al sol, con predominio en cara y cuello.
Puede manifestarse como:
El carcinoma epidermoide suele presentarse en áreas expuestas al sol de pacientes con piel clara. Afecta predominantemente cara, orejas y labios; sin embargo, en las personas con piel más oscura tiende a localizarse en áreas no expuestas al sol.
Puede presentarse como:
El melanoma es uno de los tipos de cáncer de piel más agresivos, este puede aparecer en cualquier parte el cuerpo. En los hombres se presenta con frecuencia en la cara y tronco y en las mujeres en la parte inferior de las piernas.
De igual forma, puede manifestarse en la piel no expuesta al sol como las plantas de los pies, o bajo las uñas especialmente en las personas de piel oscura.
Su principales formas de presentación son como:
El cáncer de piel generalmente inicia en la epidermis que es la capa más superficial de la piel. Esta capa tiene tres tipos principales de células que son: las células basales, células escamosas y melanocitos. Según el tipo de célula afectada se determina el tipo de cáncer que se desarrollará y por ende el pronóstico y opciones de tratamiento.
Factores de Riesgo
Se debe realizar un examen clínico adecuado para determinar si una lesión sospechosa de malignidad.
Los signos que sugieren malignidad son los siguientes:
Los dermatólogos solemos apoyarnos en la dermatoscopía, que es la aplicación de un microscopio especial sobre la piel. Este procedimiento se realiza durante la evaluación inicial y nos permite identificar estructuras que nos guían con mayor claridad al diagnóstico preciso.
Finalmente en el abordaje de diagnóstico es necesario extraer una muestra de piel (biopsia) para confirmar malignidad, grado de invasión tumoral y agresividad.
De acuerdo al resultado de la biopsia tu médico decidirá si es necesario o no realizar exámenes de extensión para determinar si existe diseminación linfática o en órganos. Por ejemplo, tumores como el carcinoma basocelular, rara vez se diseminan por lo que generalmente no es necesario realizar exámenes adicionales.
Por el contrario, el carcinoma epidermoide mal diferenciado, el melanoma y otro tipo de carcinomas menos frecuentes como el carcinoma de Merkel tienen probabilidad de diseminación. Por lo tanto, es de suma importancia realizar estudios adicionales como:
Existen múltiples opciones para el tratamiento del cáncer de piel. Tu dermatólogo valorará varios parámetros referentes a tu condición general y las características específicas del tumor como: tamaño, localización, profundidad y estirpe histopatológica para definir el tratamiento adecuado en cada caso.
A continuación mencionaremos varios de los tratamientos disponibles:
Cuando se tratan tumores pequeños localizados en áreas no complicadas, se puede realizar una biopsia inicial que incluya el margen de seguridad. Como resultado, en un solo tiempo quirúrgico se puede completar el abordaje diagnóstico y realizar el tratamiento definitivo.
La crioterapia es una opción poco invasiva que sirve para el tratamiento de queratosis actínicas y tumores pequeños y de baja agresividad. De hecho, esta opción se puede plantear en pacientes que por su condición general o edad no acepten otras opciones de índole quirúrgico. A pesar de que la tasa de curación de la criocirugía no es igual a la obtenida en procedimientos más avanzados, esta es una muy buena opción en ciertos casos.
Esta opción quirúrgica tiene tasas de curación que alcanzan el 90 a 95 % y es la más accesible a nivel público y privado. No requiere entrenamiento adicional por parte del dermatólogo, ni equipamiento especial.
En la cirugía convencional tu dermatólogo delimitará el tumor con un margen de seguridad (piel extra aparentemente sana). Este margen puede variar entre 4 mm a 1 cm o incluso más, dependiendo del tipo de tumor y su profundidad.
El cierre de la herida resultante de la extirpación tumoral se realiza en ese momento. Pero, sin la certeza del 100% de haber extirpado todo el tumor; ya que, el análisis de la biopsia demora un mínimo de 48 horas. Además, se debe resaltar que este tipo de estudio solo puede analizar el 2 % del tumor extráido.
Por las razones descritas puede haber una recurrencia del tumor del 5 al 10%. Por lo que, preferimos utilizar esta técnica en tumores de baja agresividad que no estén localizados en áreas de riesgo.
Esta opción quirúrgica es similar a la cirugía convencional, ya que el cirujano debe respetar los márgenes de seguridad recomendados. La diferencia radica en que el resultado del análisis de la biopsia se obtiene tan solo en minutos. Esto nos permite realizar la reconstrucción del defecto con relativa seguridad. Sin embargo, el margen analizado no supera el 2 % de su totalidad.
Este procedimiento es considerado el estándar de oro para el tratamiento de cáncer de piel. Se realiza sobre todo en carcinoma basocelular y carcinoma epidermoide. A diferencia de otras técnicas que nos permite analizar el 100 % del margen tumoral. De esta forma el cirujano puede iniciar la extracción tumoral con un margen estrecho, y por lo tanto conservar la mayor cantidad de piel sana posible sin comprometer la curación oncológica.
La cirugía de Mohs requiere entrenamiento adicional de tu dermatólogo, del dermatopatólogo y del personal de laboratorio; además de equipamiento especial. Es por esta razón que se realiza solo en centros de alta especialidad.
Esta técnica es de gran utilidad para tumores grandes, recidivantes y localizados en áreas complejas como cara (nariz, párpados, labios, etc.). En estas áreas debemos procurar ahorrar la mayor cantidad de piel sana, para obtener defectos quirúrgicos más pequeños y por ende cicatrices más pequeñas.
La radioterapia utiliza haces de energía de gran potencia, como rayos X, para destruir las células tumorales. Este tipo de tratamiento puede ser una opción cuando enfrentamos tumores que no pueden ser tratados mediante cirugía por su complejidad o tamaño.
En la quimioterapia, se utilizan medicamentos para eliminar las células tumorales. Para los tipos de cáncer superficiales se pueden aplicar medicamentos tópicos (en crema) directamente sobre la piel afectada. La quimioterapia sistémica se puede utilizar para tratar los tipos de cáncer de piel que se encuentran en fases avanzadas.
Conoce que son las queratosis actínicas
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