Las personas con piel de color pueden padecer rosácea

Las personas con piel de color pueden padecer rosácea

La rosácea es una enfermedad común que afecta a la piel de la cara y a veces a los ojos. Suele comenzar con una tendencia a sonrojarse o ruborizarse con facilidad. Con el tiempo, esa sensación de calor en la cara tiende a durar más y puede llegar a ser constante.

Los estudios demuestran que cuando las personas de color desarrollan rosácea, los primeros signos, como el rubor, pueden pasar desapercibidos o confundirse con otra enfermedad.

Sin tratamiento, la rosácea puede empeorar. La cara puede arder y picar cada vez que el agua la toca o se aplica un producto de cuidado de la piel. Algunas personas desarrollan brotes similares a los del acné. Cuando la rosácea afecta a los ojos, puede causar problemas de visión.

Incluso cuando empeora, la rosácea puede pasar desapercibida en personas que tienen la piel de color. 

Signos de rosácea en la piel de color
Si tienes piel de color, los dermatólogos te recomiendan que pidas una cita con el dermatólogo si notas alguno de los siguientes síntomas en tu cara:

  • Una sensación de calor la mayor parte del tiempo
  • Piel seca e hinchada y parches de piel más oscura
  • Una decoloración marrón oscura en la piel
  • Brotes parecidos al acné que el tratamiento del acné no elimina
  • Bultos duros de color marrón amarillento alrededor de la boca, los ojos o ambos
  • Ardor o escozor al aplicar productos para el cuidado de la piel
  • Hinchazón y engrosamiento de la piel en la nariz, las mejillas, la barbilla o la frente

Signos de que la rosácea afecta a los ojos
Cuando la rosácea afecta a los ojos, se denomina rosácea ocular. Estos son los signos de que la rosácea puede estar afectando a sus ojos:

  • Párpados hinchados y calientes
  • Ojos rojos e inyectados en sangre
  • Ojo rosado (también conocido como conjuntivitis)
  • Párpados o pestañas costrosos
  • Lagrimeo (u ojos secos)
  • Sensación de tener algo en el ojo
  • Ardor y escozor en los ojos
  • Picor e irritación en los ojos
  • Sensibilidad a la luz

Incluso cuando la rosácea en su piel es leve, puede desarrollar problemas oculares. Si tiene alguno de estos signos o síntomas, acuda a un dermatólogo u oftalmólogo certificado.

Sin tratamiento, la rosácea ocular puede afectar a la vista.

Otro signo de la rosácea: empeora con ciertas actividades
Si tiene rosácea, puede notar que empeora en determinadas épocas del año o cuando hace ciertas cosas. En invierno, su cara puede sentirse en carne viva e irritada cuando está al aire libre en un día frío y ventoso. Después de beber un vaso de vino tinto, su cara puede sentirse caliente e incómoda.

Cualquier cosa que empeore su rosácea se denomina desencadenante. Muchas cosas pueden ser un desencadenante, y los desencadenantes suelen variar de una persona a otra. Algunos de los desencadenantes más comunes de la rosácea son:

  • El estrés
  • La luz del sol
  • El alcohol, especialmente el vino tinto
  • El viento
  • Calor
  • Alimentos picantes
  • Bebidas calientes
  • Ejercicio
  • Algunos productos para el cuidado de la piel o el cabello

Si notas que algo te irrita la piel, averigua qué ocurre cuando lo evitas. ¿Su piel se siente mejor o se ve más clara?

El tratamiento puede evitar que la rosácea empeore
Si nota alguno de estos signos o síntomas, es importante que averigüe si tiene rosácea. La rosácea es una enfermedad crónica, lo que significa que puede padecerla de por vida.

El tratamiento puede ayudar:

  • Aliviar los síntomas, para que se sienta más cómodo
  • Reducir los brotes
  • Evitar que la rosácea empeore y afecte a sus ojos

Un plan de tratamiento para la rosácea suele consistir en ser cuidadoso con la piel, utilizar productos para el cuidado de la piel respetuosos con la rosácea, aplicar medicación a la piel y evitar los factores desencadenantes.

¿Por qué acudir a un dermatólogo certificado?
En la piel de color, la rosácea puede parecerse a muchas otras afecciones, como el acné, la dermatitis seborreica, una reacción alérgica o el lupus. Los dermatólogos reciben más formación que otros médicos para diagnosticar y tratar las enfermedades que afectan a la piel.